Origen del Gyrotonic®
Partió en Estados Unidos a mediados de los 80, pero gracias a su efectividad fue ganando adeptos entre personas dedicadas a la actividad física como bailarines y atletas.
Al igual que el Pilates, que erróneamente es presentado como su hermano mayor, el Gyrotonic® nació como una terapia para solucionar problemas físicos. Mientras el alemán Joseph Pilates diseñó su exitoso sistema de acondicionamiento físico para revitalizar su propio cuerpo debilitado por problemas de asma y raquitismo durante su infancia, Juliu Horvath desarrolló el Gyrotonic® para recuperarse de una severa lesión que lo alejó de la danza. Acostumbrado a la práctica de deportes de alta competición, como gimnasia olímpica y natación, Horvath fue la principal figura del ballet en su país hasta que su cuerpo desarrolló una hernia discal y tuvo graves problemas en las rodillas.
Luego de probar infructuosamente numerosas terapias para recuperarse, el bailarín comenzó a investigar nuevos caminos. Primero probó con los diferentes estilos de yoga tradicional, a los que gradualmente fue agregando algunos principios rescatados de la danza, la natación y otras disciplinas orientales como el tai-chi. El resultado de la heterodoxa mezcla de disciplinas realizada por Horvath fue un sistema que bautizó como Gyrotonic® Expansion System (GXS)
Al principio sus alcances como tendencia fitness fueron mantenidos a raya por su propio creador, el bailarín Rumano Juliu Horvath, quien durante más de una década prefirió potenciar su carácter terapéutico.
Sin embargo, su poder para trabajar el cuerpo en forma global terminó poniéndolo en el ranking de las terapias para verse y lucir bien.